Conquistando el Temor y la Ansiedad

Definición de temor y ansiedad

El temor es una pasión del ánimo o emoción que lleva a un sujeto a tratar de escapar de aquello que considera arriesgado, peligroso o dañoso para su persona. El temor, por lo tanto, es una presunción, una sospecha o el recelo de un daño futuro.

La ansiedad es una emoción que surge cuando una persona se siente en peligro, sea real o imaginaria la amenaza. Es una respuesta normal o adaptativa, que prepara al cuerpo para reaccionar ante una situación de emergencia. La ansiedad nos sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo, pero cuando es demasiado intensa puede dañar la salud, y es necesario controlarla.

La Biblia tiene mucho que decir sobre el temor.  La palabra “no temas” aparece en la Biblia” 365, (un “no temas” para cada día del año). La verdad es que usted vive en un mundo intimidante.

Testimonio: Experiencias personales sobre la enfermedad y amenazas de muerte.

Experiencias de ser inmigrante indocumentado. Tienes que estar en la posición de un inmigrante indocumentado para entender su situación.

¿Qué dice la Biblia sobre el temor y la ansiedad?

 Debemos conquistar y combatir el temor y la ansiedad

  1. Combata el temor con la fe. Tenemos que creer que:
  • Que Dios está en control (Romanos 8:28, Jeremías 29:11; Mateo 6:34)
  • Dios es soberano (1 Crónicas 29:11).
  • Dios es amor (Juan 3:16)
  • Nuestro Dios es confiable: Isaías 25:1; 2 Tesalonicenses 3:3;1Corintios 10:11; Deuteronomio 7:9; Salmo 138:8.
  1. Combata el temor con las promesas de Dios. Hay promesas específicas para usted, algunas de ellas son:
  • “…No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre, tu eres mío” (Isaías 43:1),
  • “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios… (Juan 14:1).
  • “La paz De Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros pensamientos y vuestros corazones en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).
  • “El Señor es mi ayudador, no temeré lo que pueda hacer el hombre” (Hebreos 13:6).
  • “No temas cree solamente” (Marcos 5:36).
  • “Aunque ande en El valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4-6).
  • “No temas porque yo estoy contigo, no desmayes que yo soy tu Dios, que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:6).
  • “Mira que te mando que te esfuerces y sea valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que tú vayas” (Josué 1:9).
  1. Conozca su identidad, (quién es usted). Recuerde que usted es un hijo o hija de Dios, ha sido comprado a un alto precio, y es su especial tesoro.
  2. Conozca su propósito en este mundo, Dios lo ayudará para que usted cumpla la misión que él le ha asignado en la vida.

Conclusión 

¡Confía en el Señor y no serás avergonzado!

Orando en Tiempos de Crisis

Introducción

Como creyentes descubrimos la realidad en la Biblia. La realidad es que nadie en este mundo está completamente exento de pasar por periodos de crisis. El diccionario define una crisis como una situación difícil de una persona, también se define como un tiempo cuando hay que hacer una decisión  difícil o importante. Un tiempo de dificultad intensa, problemas o peligro que requiere una seria atención.

La Biblia esta repleta de ejemplos de oraciones en tiempo de Crisis.  Hoy veremos una de esas oraciones, la oración de Josafat

La oración de Josafat – 2 Crónicas  20:1-12

El relato bíblico dice que el rey Josafat enfrentaba una gran crisis, esta era una situación difícil. Josafat tenía que hacer una decisión muy difícil, tenía que decidir en quien confiar. Podía buscar ayuda en los reyes vecinos, o  confiar en su ejército y sus armas. Pero el decidió confiar en Jehová su Dios.

En medio de esta dificultad intensa hizo la decisión de buscar ayuda y dirección de Dios y lo hace a través de la oración. Pudo orar en cualquier lugar, pero fue al templo a orar. Y proclamó un ayunó de todo el pueblo de Dios para pedir ayuda del Señor. Josafat y el pueblo se humillaron delante de Dios. Hay una promesa de Dios para el pueblo que se humilla, ora y busca su rostro (2 Crónicas 7:14).

Al orar recuerda la fidelidad del Señor, a través de las edades. La Biblia dice que nuestro Dios     “es el mismo, ayer, hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8).  Al orar necesitamos recordar la historia de la fidelidad de nuestro Dios. Especialmente en tiempos de crisis, en tiempos de problemas o peligros, nuestra oración debe incluir y dedicar un tiempo en recordar y celebrar la fidelidad de nuestro Dios. Recordar como él nos rescató de la esclavitud y como ha cumplido todas sus promesas. Josafat en su oración muestra honestidad y transparencia, eso es humillarse. Reconoce su incapacidad para enfrentar la difícil crisis que enfrenta y su total dependencia de Dios.

Conclusión

“Como la mayoría de las personas, nosotros también deseamos victorias fáciles: Crecer sin enfrentar crisis, sanidad sin dolores, la resurrección sin la cruz.” Pero podemos orar en medio de las crisis cuando aprendemos que Dios usa nuestro sufrimiento para moldearnos y acercarnos a Èl, de este modo podemos ver nuestro dolor como una interrupción en nuestros planes y más bien verlos como la manera que Dios usa para prepararme para que lo pueda recibir. En la crisis le permito a Cristo vivir cerca de mi dolor y lo que me distrae de hacer lo que quiero.

Nuestro dolor y sufrimiento diario está anclado en un sufrimiento mayor y por lo tanto más grande que nos lleva a la pregunta más importante que se centra no en lo que nos pasa a nosotros, sino en cómo respondemos y vivimos a través de lo que nos está pasando. Esto nos permite creerle a Dios y vivir en esperanza, contra esperanza (Romanos 4:18), con la seguridad que absolutamente nada en nuestras vidas se encuentra fuera del alcance del juicio y la misericordia de Dios (Romanos 8:35-39).

En busca de Intercesores

 

Introducción

Muchas personas no tienen clara la diferencia entre oración e intercesión. Hablando de manera general oración significa hablar con Dios, intercesión significa venir ante la presencia de Dios en favor de otra persona. Para utilizar una expresión Bíblica, es “colocarse en la brecha”.  A través del profeta Ezequiel el Señor dice: “Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado! (Ezequiel 22:30).  Esta es una clara referencia a intercesión, o lastimosamente la ausencia de ella.

Ester una verdadera intercesora

El libro de Esther nos provee una poderosa analogía bíblica de lo que es la función de un intercesor. Para entender el papel de Ester como intercesora, necesitamos leer cuidadosamente el libro que lleva su nombre en la Biblia.

Características de un intercesor

Esther era humilde, no era arrogante, aún cuando ella era la reina.  Ella se sometía a la autoridad, ella está en la onda de Dios y dispuesta a obedecer lo que escuchara que Dios le pidiera que hiciese, aún cuando le costara la vida. Ella dependió de lo que hoy le llamaríamos el “Cuerpo de Cristo”, en aquella época el pueblo Judío, pidió que la apoyaran en oración y ayuno.  Ella misma ayunó por tres días. Cuando ella sintió que estaba espiritualmente bien sintonizada con Dios estuvo dispuesta de decir: “voy a ir donde el rey, lo cual está en contra de la ley; y si perezco, qué perezca (Esther 4:16).  Cuando Esther valientemente se acercó al trono del rey, no la tomaron presa- ¡fue bien venida! ¿Porque? Porque previamente  había desarrollado una relación de amor con el rey.  Ella amaba al rey y el rey la amaba a ella.  Esto nos enseña que mantener una relación de intimidad con Dios es una alta prioridad para los intercesores. Porque Esther se mantuvo en la brecha, el rey utilizó su poder para salvar al pueblo de Dios.

Como pueden testificar los intercesores modernos, la mayor recompensa del ministerio de intersección es ser recibido en el amor del Padre y ver Su poder desencadenado para beneficio de su pueblo a través de su intersección.

Conclusión

De John Wesley se cita frecuentemente que decía: “Dios no hará nada en la tierra excepto en respuesta a la contestación de las oraciones de los creyentes”.  Juan Calvino escribió, “faltan palabras para explicar cuan necesaria es la oración”.  Calvino creía que la providencia de Dios no excluía el ejercicio de la fe humana. Sin una iglesia que ora e intercede, no ocurrirá nada en nuestros medios, excepto deterioro y pudrición, el agua estancada se pudre.

Una Vida Con Propósito – Mi Testimonio

Introducción

Nuestro Dios es un Dios de verdad, aunque el hombre pueda mentir Dios es veraz (Romanos 3:4), nuestro Dios es un Dios de palabra, esto es, confiable.  La Palabra de Dios dice: «Pero Dios cumple sus propios planes, y realiza sus propósitos» (Salmo 33:11). “ El mundo se pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17 NVI). Matthew Henry  (un teólogo del siglo 17), acertó: «La responsabilidad de cada día debiera ser prepararnos para nuestro día final».

La manera en que tú ves tu vida modela tu vida, por eso es tan importante saber quién eres, de dónde vienes, a donde vas, y cómo llegar allá.  La mayoría de las personas incluso algunos cristianos nunca se hacen estas preguntas, pero las respuestas que demos a esas preguntas determinarán como nos comportamos, cómo vivimos y nuestro destino. Tu manera de ver las cosas influirá en cómo empleas tu tiempo, tu dinero, tus talentos y cómo valoras tus relaciones (Con Dios y con los demás)..

¿Cuál es tu visión de la vida?

Es muy posible que bases tu vida en una imagen errónea. Para poder cumplir los propósitos que Dios tiene para ti, tendrás que cuestionar la sabiduría común y sustituirla por enfoques bíblicos de la vida. La Escritura declara: «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación [cambio] de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios»  (Romanos 12:2 NVI).

Mi testimonio

Cuando era un adolescente la consejera de mi escuela me hizo una evaluación para determinar cuáles eran mi aptitudes (para que era bueno). Al terminar la evaluación me dijo: “la evaluación revela que tú eres bueno especialmente en dos áreas, servir y las ciencias, me dijo: “ hay una oportunidad en el campo de salud en Terapia Física” .  En ese momento pude entender que Dios me llamaba a servir en el ministerio y en él área de salud. También decidí estudiar y prepararme para servir con excelencia en lo que Dios había puesto en mis manos.

Todas las experiencias que he vivido, desde mi niñez hasta el momento presente, han sido para prepararme para cumplir los propósito que Dios tiene con mi vida. El lugar donde nací, los lugares donde he vivido, los estudios que he cursado, la mujer con quien me casé, los hijos que Dios me ha dado, los amigos que he adquirido, los lugares donde he trabajado (iglesia y seculares), todo tiene que ver con el propósito que Dios tiene para mi vida.

Conclusión

El profeta Jeremías vivió tiempos de mucha incertidumbre. Él  mejor que nadie representa claramente lo que significa una vida con propósito. Desde antes de nacer fue escogido por Dios con un propósito; “Yo te escogí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mí nombre a todas las naciones del mundo”.  Jeremías vivió antes de que su nación fuera llevada en cautiverio y durante la mayor parte de ese cautiverio. Vivió tiempos de guerra, hambres, enfermedades, opresión y esclavitud. Fueron tiempos de gran confusión y angustia. Pero él pudo entender el propósito de Dios para su vida. En el libro que lleva su nombre  dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes-, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 NVI).

No hay que temer el futuro cuando colocas tu vida en las manos de Dios y te comprometes a hacer su voluntad, con Dios estás en buenas manos. Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón.

Una Vida Con Propósito

Introducción

Alguien preguntó ¿qué propósito tienen las moscas, o es que el único propósito de ellas es molestar? Bueno las moscas tienen un propósito en su existencia dentro de ecosistema más allá de lo que nosotros nos imaginamos. ¡Y si las moscas tienen propósitos en su existencia cuanto más tendrás tu!.

 La Biblia declara que somos una creación de Dios (Salmo 139:14-16). También afirma: «Dios … ha plantado eternidad en el corazón de los hombres» (Eclesiastés 3:11). Es claro que fuimos creados con propósito y estos transcienden lo temporal y se extienden hacia la eternidad.

En la Tierra, como máximo, vivirás cien  años; pero en la eternidad vivirás para siempre.

Tu corazón dejará de palpitar en algún momento. Eso determinará el fin de tu vida en la tierra, pero no será el fin de tu ser. Tu cuerpo terrenal es una simple residencia temporal para tu espíritu (2 Corintios 5:1).

Viviendo a la luz de la eternidad

Cuando vives a la luz de la eternidad , tus valores cambian, y eso te da la pauta de cómo manejar toda relación, tarea y circunstancia. De repente muchas de las actividades, metas e incluso problemas que parecían muy importantes se tornarán triviales, pequeños e insignificantes, como para que les prestes atención.

Cuando pones tu vida en una perspectiva eterna, haces uso de tu dinero y tu tiempo de una forma más sabia. Le das un valor mucho más alto a las relaciones y el carácter, que a la fama, la fortuna o los logros. Re ordenas tus prioridades. Estar al día con la moda, los estilos y el que dirán ya no tiene importancia. Pablo dijo: «Todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo»  (Filipenses 3:7-14).

Preparándonos para la eternidad

Dios tiene un propósito para tu vida en la tierra, pero no termina aquí. Su plan comprende mucho más que unas cuantas décadas que pasarás en este planeta. Es mucho más que la «oportunidad única de la vida» ; Dios te ofrece una oportunidad más allá de tu vida . La Palabra de Dios dice: «Pero Dios cumple sus propios planes, y realiza sus propósitos»  (Salmo 33:11-14).

¡La vida es mucho más que vivir solo el momento! El hoy es la parte visible del témpano, la eternidad es el resto que no puedes ver porque está debajo de la superficie. Para aprovechar tu vida al máximo debes mantener en mente la visión de la eternidad y el valor de la misma en tu corazón.

Escogiendo entre dos alternativas

La vida terrenal nos brinda muchas opciones, pero la eternidad solo nos da dos: el cielo o el infierno. Tu relación con Dios en la tierra determinará el tipo de relación que tendrás con él en la eternidad. Si aprendes a amar y a confiar en Jesucristo, el Hijo de Dios, tendrás la invitación para estar toda la eternidad con él. Por otro lado, si rechazas su amor, perdón y salvación, pasarás la eternidad apartado de Dios para siempre.

Conclusión

C.S. Lewis un novelista y teólogo Inglés del siglo pasado dijo: «Hay dos tipos de personas: los que le dicen a Dios: “Sea hecha tu voluntad”, y aquellos a quienes Dios les dice: “Muy bien, entonces, hágase tu voluntad”». Tristemente, muchas personas tendrán que pasar la eternidad sin Dios porque eligieron vivir sin él en la tierra. ¿Que escogerás tú hacer tu voluntad o la voluntad de Dios, el cielo o el infierno? Hoy es el día de salvación.

Rompiendo las Cadenas de Nuestra Crianza a Través del Perdón

Introducción
Hay cadenas generadas por la naturaleza (nacemos en pecado Salmo 51:5), y cadenas que son resultado de nuestras elecciones.

1.  CADENAS POR EJEMPLOS NOCIVOS
Puedes haber tenido un gran padre a quien respetas y admiras de todo corazón.  Pero si eres como la mayoría de los hombres, tendrás recuerdos vívidos de ejemplos pecaminosos y cuestiones dolorosas que tu padre hizo y dijo con el paso de los años.  Si lo hubiera hecho otra persona, no le habrías dado trascendencia; pero como fue tu padre, resultó devastador.

2.  ENCADENADOS POR LA FALTA DE PERDÓN
La falta de perdón nos encadena al pasado.  El enojo no resuelto se convierte en un cáncer amargo que envenena el corazón.  Y como todo cáncer, debe ser atacado y eliminado.

Dios quiere que entregues toda la injusticia, el dolor, el enojo y la confusión de tu pasado completamente a Él y lo pongas a Sus pies.  Para romper la cadena y perdonar, no solo a tu padre sino a cualquiera que te haya hecho daño.  Sabemos que nuestro corazón se resiste a esa idea.  Parece injusto porque quienes te han lastimado no merecen tu perdón.  Lo cierto es que nadie merece ni se gana el perdón; es algo que debe ofrecerse.  El perdón de Dios hacia nosotros, por ejemplo, no se basa en nuestro merecimiento sino en la misericordia de Dios hacia nosotros por medio del «pago de la deuda» espiritual que hizo Cristo en la cruz.  Y nosotros debemos perdonar como Dios perdona (Efesios 4: 32): completa y gratuitamente.  Si no lo hacemos, permitiremos constantemente que el pasado nos entorpezca, nos lastime e influya sobre nosotros.  Sin embargo, cuando perdonamos, se desprende esa carga y comienza el proceso de sanidad.

Perdonar te permite crecer en la fe y convertirte en la clase de padre que habrías deseado tener.  La amargura no resuelta es pecado y distorsionará tu propia paternidad.  Te convertirá precisamente en el hombre que no deseas ser.  Pero la libertad de dejar todo eso atrás producirá renovación en vez de más dolor y sufrimiento.  Si te aferras a la amargura, te mantendrás en el sillón de juez, cargando la total responsabilidad de asegurarte de que se haga justicia y que aquellos que te ofendieron obtengan su merecido.  En cambio, al avanzar y perdonar, no solo disfrutas de los beneficios de agradar al Señor, sino que confías en Él como juez justo, perfectamente capaz de juzgar a cualquiera que te haya hecho daño.  Permites que sea Su tarea y no la tuya.  Entonces, puedes seguir adelante con tu vida… sin todos los contratiempos asociados con la amargura.

No estamos diciendo que el perdón sea algo sencillo.  No lo es.  Es muy difícil.  Es para valientes.  Pero Dios puede darte la gracia para perdonar si primero reconoces tu necesidad de hacerlo y luego oras por el deseo y la capacidad de dejar atrás tus heridas del pasado.

Conclusión
No tiene por qué ser complicado.  Ahora mismo puedes desenterrar esa herida, reconocer que fue un error y de todo corazón orar: «¡ Señor, perdono!»  Experimentarás una liberación.  Es como quitar el freno de mano de tu vida, en sentido espiritual.  Tal es el poder del perdón… ¡capaz de quebrar esta cadena de amargura!

Consejos de un Padre

Introducción

Hoy les voy a dar algunos consejos que me hubiera gustado que mi padre me hubiese dado, y nunca me dio.

Consejos de un Padre

Les trasmito una carga personal nacida de mi propia experiencia

«Debes valorar lo que es especial.  No trates las cosas valiosas y santas de la vida como si fueran comunes y baratas. Quiero que aprendan  de nuestros errores para que puedan evitarlos.

Quisiera que pudieras decirles a tus hijos que te mantuviste puro hasta el día de tu boda en obediencia a Dios y por amor a tu esposa». (Salmo 1:1; 1 Timoteo 5.22).

«Cumple tus promesas, hijo, aunque sea difícil. Y sé fiel en las pequeñas cosas, en especial cuando nadie está mirando». (Mateo 25:23).

«Trata a todos con amabilidad, respeto y compasión». (Colosenses 3:12; Levítico 10: 17-18)

«Tienes que saber en qué crees, por qué lo crees y estar dispuesto adefenderlo». (1 Pedro 3:15)

«Haz tu trabajo de todo corazón, con excelencia, como para el Señor y no para los hombres». (Colosenses 3:23-24).

«Permanece firme por lo que es correcto, a pesar de lo que tus amigos hagan o digan».(1 Corintios 16:13).

“Quiero que sepas que tú eres mi hijo amado y me siento orgulloso de ti” (Marcos 1:11).

Conclusión

No tuve un padre especial, siento que me perdí muchas cosas durante mi niñez. Jamás me sentí amado, bendecido ni guiado por mi padre.  Si tu caso es parecido al mío, entonces necesitas el resto de tu vida para romper esa cadena e iniciar un nuevo legado para tu familia. Has visto ambos caminos. Hoy es t u oportunidad de elegir. Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigo contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tu y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz y allegándote a él, porque eso es tu vida y la largura de tus días (Deuteronomio 30:19-20). Tu necesitas a Cristo para que a través de su Palabra y su Espíritu te enseñe, te guie, te llene de valor y sabiduría para hacer esos cambios necesarios en tu vida, “porque separados de él nada puedes hacer?.

¿Cuáles son las prioridades en tu vida? ¿Tu relación con Dios? ¿Tu salud,? ¿Tu familia, tus hijos la persona que amas, tu iglesia, tu trabajo, tus amigos?

Que vas a hacer con estos consejos? ¿Cómo vas a demostrar que realmente los pondrás en práctica?

Mujer una Criatura Especial

Introduccion

La Biblia registra un incidente impactante donde Dios tiene un encuentro especial con un joven profeta donde lo afirma en anticipación del llamamiento a una misión especial: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones” (Jeremías 1: 5, LBLA).

¿Como Dios Afirma tu Identidad?

Este pasaje resalta tres cosas: 1. Jeremías había sido elegido, fue apartado y nombrado para esa misión. En este encuentro Dios afirma la identidad del profeta. También afirma tu identidad. Eres una mujer elegida. Una mujer apartada para Dios. Una mujer nombrada. No estás aquí en la vida por accidente.

Dios te Eligió

Dios te hizo tal cual eres y te colocó aquí a propósito. 1. Te eligió. Eres parte de un plan divino de precisión esmerada y de trascendencia eterna. Por razones que quizás no comprendas del todo o que ni siquiera te agraden, Dios te seleccionó para Él. No fue una decisión rápida ni indiferente de Su parte. Fue un acto deliberado y volitivo de Dios mismo, hecho con profunda consideración y sabiduría.

Elegir, como se usa en este pasaje, denota un conocimiento. Al escogerte, Dios se basó en un conocimiento profundo e íntimo de tu persona. Así que, si no puedes comprender por qué Dios elegiría a alguien como tú para participar en una actividad particular, Él sí sabe bien sus razones. Te seleccionó, con todas tus características, para participar de Su obra en este momento de la historia.

Por eso estás aquí. En esta posición. Frente a ese proyecto. Casada con ese hombre. Por eso, eres parte de esa amistad. Te enfrentas a ese problema. Vives en ese vecindario. Lideras ese grupo. Participas de esa actividad. Crías a esos hijos. Vives esta vida. No fue un accidente o por casualidad.

Las palabras de Jesús para Sus discípulos, y para nosotros (al igual que las de Dios para Jeremías) los abrumaron con su poder y su paz: «No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes» (Juan 15: 16). En última instancia, tu valor, al igual que el mío, se encuentra en los inmerecidos procesos divinos de selección.

Ser «separado» conlleva la idea de estar dedicado a un uso específico en determinado momento, reservada para las oportunidades en que puedes ser más útil, donde puedes ser tú misma. Es como los platos especiales que quizás guardas en tu gabinete para vajilla de porcelana. Eres un vaso santo de Dios, separado para momentos específicos donde la singularidad que ofreces puede utilizarse y valorarse por completo: un «instrumento para honra, santificado, útil al Señor» (2 Timoteo 2: 21). Él te bendijo en Cristo «con toda bendición espiritual en los lugares celestiales» (Efesios 1: 3), te liberó para participar por completo de la vida a la que te llamó y será fiel para revelarse cómo lo hace a medida que camines a Su lado.

Conclusión

Cada mujer fue creada por Dios para hacer su parte. Y si no lo hacemos porque no pensamos que valemos lo suficiente, habrá una gran pérdida. Alguien, en alguna parte, necesita que ti, con toda tu singularidad, el espera que te hagas cargo de tu llamado. No eres un error, ni el resultado de un evento fortuito. El Dios Todopoderoso supervisó tu creación en forma sobrenatural. Tienes una importancia extraordinaria. En lugar de buscar impresionar y superar a los demás, y de sentirte avergonzada por lo que no tienes ni puedes hacer, aprovecha la oportunidad de ser un ejemplo vivo, que camina, come y respira, de lo que la gracia divina puede hacer con una mujer que Él separó, con debilidades y todo, para ser un vaso santo a su servicio. Tu lugar en la mesa tiene un propósito. Eres una obra de arte digna de ser elogiada.

Beneficios de la Obediencia y Consecuencias de la Desobediencia

Introducción

En Levítico 26, la Biblia habla sobre los beneficios de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia.  Los versos 1-13 habla sobre la bendiciones de la obediencia, y en los versos 14-39 habla sobre las maldiciones que le esperan a los desobedientes. Los últimos versículos de ese capítulo hablan sobre una segunda oportunidad. Sin embargo, debemos tener sumo cuidado, porque no siempre tendremos una segunda oportunidad.

En el principio del capítulo el escritor dice: “No os hagáis ídolos…” un ídolo es cualquier cosa que se interponga entre Dios y nosotros. En esta relación de amor Dios viene primero, o  no hay relación.  En Éxodo 20:5 nos da la explicación: “Yo el Señor tu Dios, soy un Dios celoso”.

La semana pasada consideramos los beneficios de la obediencia, hoy miraremos las consecuencias de la desobediencia. La razón es que para conocer la verdad tenemos que tener el cuadro completo para así hacer decisiones bien informadas.

Existen muchísimos ejemplos bíblicos de personas excelentes que desobedecieron al Señor en algún momento de su vida. Comenzando con nuestros primeros padres Adán y Eva (Génesis 3:1-7), personajes como Abraham (Génesis 16:2), Moisés  (Números 20:11), y David ( 2 Samuel 11), desobedecieron y aun cuando eran personas tan importantes en el plan de Dios, no se quedaron sin pagar las consecuencias por su desobediencia, ellos, sus familias y generaciones futuras, con alcance que afectan la humanidad hasta el presente.

El caso de David

En toda la Biblia no encontramos a una persona más tierna, con un corazón más noble y mejor adorador que el rey David.  En la Biblia se le llama “un hombre conforme al corazón de Dios” (Hechos 13:22).

Cuando se descuidan nuestras responsabilidades

En 2 Samuel 11, la Biblia dice que el rey David envió a su general y su ejército a la guerra, pero él se quedo en casa. También dice que esa era la temporada “cuando los reyes salen a la guerra contra el enemigo”.  Sin embargo el verdadero enemigo de David tampoco fue a aquella guerra, se quedo en la casa de David para hacerle la guerra desde adentro.  Quizás David pensó que ya había peleado suficientes batallas, que ya había trabajado demasiado, que tenía todo bajo su control y que ya podía hacer las cosas a su manera.  Note que David en todas las cosas consultaba a Dios, pero en esta ocasión, simplemente tomo unas “pequeñas vacaciones” de su deber como rey de Israel, y el diablo se aprovechó.

Cuando la tentación llegó David no estaba preparado para resistir al diablo, y sucumbió a la tentación. Tomó la mujer de su prójimo, se acostó con ella y le hizo un hijo. Es interesante ver el contraste entre el esposo de Betsabé, Urias (la mujer con la que adulteró David). Urias era un hombre integro, fiel y responsable, muy centrado en su deber como soldado de David.  Este contraste hace resaltar más aun la maldad de David. Lo que David hizo es lo más bajo que se puede hacer contra un ser humano, fue traición en primer grado, una puñalada por la espalda.

El pecado de David

David codició la mujer de su prójimo, se la arrebató usando el abuso del poder, acecinó a su prójimo y luego intentó ocultar su delito.  Pero a los ojos del Dios de justicia nada se le pasa, toda decisión tiene sus consecuencias y David no se saldría con la suya porque fuera el rey de Israel y “un hombre conforme al corazón de Dios”.  El día de pago le llega a todo el mundo algún día”.

Resolución del conflicto

David intentó ocultar su pecado, pero esto no dio resultado.  David relata este conflicto en el Salmo 32.  En los versos 3-4 dice:

“Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando
como al calor del verano,
porque día y noche
tu mano pesaba sobre mí”.

La solución no es ocultar el pecado, la resolución comienza con la confesión. David confesó su pecado:

” Pero te confesé mi pecado,
y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor»,
y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.

No debemos olvidar que el pecado tiene consecuencias espirituales, morales, y sociales. Desde el punto de vista espiritual nos separa de Dios, desde el punto de vista moral nos divide nuestra mente, crea conflicto entre nuestros valores y nuestras acciones y desde el punto de vista social nos separa de nuestros semejantes y nos aísla, todo esto es el significado de lo que es muerte, el pecado mata.

Consecuencias de la desobediencia

Sin embargo tenemos que recordar que nuestras decisiones tienen consecuencias. La desobediencia acarrea maldición no solo para nosotros, sino que afecta nuestra familia, la iglesia, la comunidad y el mundo entero.  Las consecuencias del pecado es la manera que Dios utiliza para frenar el mal en el mundo.  Es parte de las leyes divinas que no pueden ser violadas sin consecuencias.

La Biblia dice que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). La sentencia a David fue: ” la espada no se apartara de tu familia” (2 Samuel 12:10). El desastre surgió de su propia familia. Uno de sus hijos deshonró a su propia hermana, luego su hermano acecinó al hermano que violó a su hermana, mas tarde este se sublevó contra su propio padre David, e intentó arrebatarle el trono, en esa insurrección perdió la vida.  En otras palabras de ese momento en adelante la vida de David fue cualquier cosa, menos placentera.

Conclusión

Esta historia está registrada en la Biblia para que nos sirva de advertencia que la desobediencia al Señor no es algo para morirse de risa, tiene serias y graves consecuencias que hay que meditar.

Unirse a Dios Requiere Obediencia

Introducción

“Jesus respondió, “Si alguno me ama, guardará mis mandamientos. Vendremos a él y haremos morada con el” (Juan 14:23).

” si alguno no le dice adiós a sus posiciones, no puede ser mi discípulo” (Juan 14:33).

¿Qué es obediencia?

Los siervos de Dios hacen lo que él les mande. Los siervos no tienen la opción de obedecer o no obedecer. Escoger no obedecer lo que Dios manda es rebelión y esa desobediencia tiene consecuencias (Levítico 26:3-13; Deuteronomio 7:12-24).

La gente por naturaleza es centrada en sí misma; queremos complacernos a nosotros mismos. ¡No queremos que otros nos digan lo que tenemos que hacer! En la parábola de los dos hijos, Jesus nos habla de lo que es obediencia (Mateo 21:28-30). Obediencia significa hacer lo que se nos manda. Qué hermoso es cuando un hijo dice haré lo que me mandas e inmediatamente va y lo hace.

Beneficios de la obediencia

Algunos de nosotros podemos anhelar que Dios nos encomiende grandes proyectos, pero por otro lado no estamos dispuestos a ser fieles en las cosas que parecen menos importantes. ¿Te has preguntado alguna vez porque Dios no te asigna proyectos grandes e importantes?

Considera tu obediencia en las tareas que Dios ya te ha asignado. Dios te dio los Díez mandamientos, ¿Los estás obedeciendo? ¿Jesus nos mando a amar a nuestros enemigos, Los estás amando? ¿Estás haciendo todo lo que tú sabes para llevar el evangelio a todas las naciones, como Cristo lo ordeno (Mateo 28:18-20? La Palabra nos manda a vivir en unidad con nuestros hermanos y hermanas cristianas. ¿El amor y la harmonía caracterizan tus relaciones? Los mandamientos de Dios no fueron dados para que nosotros escogiéramos cuales vamos a obedecer. El espera de nosotros que hagamos todo lo que él nos ha mandado a hacer. Cuando somos fieles y obedientes en lo poco el nos encomienda más.

Conclusión

Es importante repasar lo que hemos aprendido sobre la relación entre amor y obediencia.

  1. Obediencia es la expresión externa de tu amor por Dios.
  2. La recompensa de la obediencia es que Dios se manifestara a ti. Tendrás una revelación más clara de Dios y sus propósitos para tu vida.
  3. Si tú tienes un problema de obediencia, tienes un problema de amor.
  4. ¡ Si tú le amas, le obedecerás!
  5. Jesus dijo, “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre Celestial, esa persona es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Esto es es mi íntimo.
  6. Jesus hizo claro que nuestra obediencia es el fluir de nuestra relación de amor con Dios (Juan 14:15-21).