Introducción
En Levítico 26, la Biblia habla sobre los beneficios de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia. Los versos 1-13 habla sobre la bendiciones de la obediencia, y en los versos 14-39 habla sobre las maldiciones que le esperan a los desobedientes. Los últimos versículos de ese capítulo hablan sobre una segunda oportunidad. Sin embargo, debemos tener sumo cuidado, porque no siempre tendremos una segunda oportunidad.
En el principio del capítulo el escritor dice: “No os hagáis ídolos…” un ídolo es cualquier cosa que se interponga entre Dios y nosotros. En esta relación de amor Dios viene primero, o no hay relación. En Éxodo 20:5 nos da la explicación: “Yo el Señor tu Dios, soy un Dios celoso”.
La semana pasada consideramos los beneficios de la obediencia, hoy miraremos las consecuencias de la desobediencia. La razón es que para conocer la verdad tenemos que tener el cuadro completo para así hacer decisiones bien informadas.
Existen muchísimos ejemplos bíblicos de personas excelentes que desobedecieron al Señor en algún momento de su vida. Comenzando con nuestros primeros padres Adán y Eva (Génesis 3:1-7), personajes como Abraham (Génesis 16:2), Moisés (Números 20:11), y David ( 2 Samuel 11), desobedecieron y aun cuando eran personas tan importantes en el plan de Dios, no se quedaron sin pagar las consecuencias por su desobediencia, ellos, sus familias y generaciones futuras, con alcance que afectan la humanidad hasta el presente.
El caso de David
En toda la Biblia no encontramos a una persona más tierna, con un corazón más noble y mejor adorador que el rey David. En la Biblia se le llama “un hombre conforme al corazón de Dios” (Hechos 13:22).
Cuando se descuidan nuestras responsabilidades
En 2 Samuel 11, la Biblia dice que el rey David envió a su general y su ejército a la guerra, pero él se quedo en casa. También dice que esa era la temporada “cuando los reyes salen a la guerra contra el enemigo”. Sin embargo el verdadero enemigo de David tampoco fue a aquella guerra, se quedo en la casa de David para hacerle la guerra desde adentro. Quizás David pensó que ya había peleado suficientes batallas, que ya había trabajado demasiado, que tenía todo bajo su control y que ya podía hacer las cosas a su manera. Note que David en todas las cosas consultaba a Dios, pero en esta ocasión, simplemente tomo unas “pequeñas vacaciones” de su deber como rey de Israel, y el diablo se aprovechó.
Cuando la tentación llegó David no estaba preparado para resistir al diablo, y sucumbió a la tentación. Tomó la mujer de su prójimo, se acostó con ella y le hizo un hijo. Es interesante ver el contraste entre el esposo de Betsabé, Urias (la mujer con la que adulteró David). Urias era un hombre integro, fiel y responsable, muy centrado en su deber como soldado de David. Este contraste hace resaltar más aun la maldad de David. Lo que David hizo es lo más bajo que se puede hacer contra un ser humano, fue traición en primer grado, una puñalada por la espalda.
El pecado de David
David codició la mujer de su prójimo, se la arrebató usando el abuso del poder, acecinó a su prójimo y luego intentó ocultar su delito. Pero a los ojos del Dios de justicia nada se le pasa, toda decisión tiene sus consecuencias y David no se saldría con la suya porque fuera el rey de Israel y “un hombre conforme al corazón de Dios”. El día de pago le llega a todo el mundo algún día”.
Resolución del conflicto
David intentó ocultar su pecado, pero esto no dio resultado. David relata este conflicto en el Salmo 32. En los versos 3-4 dice:
“Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día.
4 Mi fuerza se fue debilitando
como al calor del verano,
porque día y noche
tu mano pesaba sobre mí”.
La solución no es ocultar el pecado, la resolución comienza con la confesión. David confesó su pecado:
” Pero te confesé mi pecado,
y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor»,
y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.
No debemos olvidar que el pecado tiene consecuencias espirituales, morales, y sociales. Desde el punto de vista espiritual nos separa de Dios, desde el punto de vista moral nos divide nuestra mente, crea conflicto entre nuestros valores y nuestras acciones y desde el punto de vista social nos separa de nuestros semejantes y nos aísla, todo esto es el significado de lo que es muerte, el pecado mata.
Consecuencias de la desobediencia
Sin embargo tenemos que recordar que nuestras decisiones tienen consecuencias. La desobediencia acarrea maldición no solo para nosotros, sino que afecta nuestra familia, la iglesia, la comunidad y el mundo entero. Las consecuencias del pecado es la manera que Dios utiliza para frenar el mal en el mundo. Es parte de las leyes divinas que no pueden ser violadas sin consecuencias.
La Biblia dice que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). La sentencia a David fue: ” la espada no se apartara de tu familia” (2 Samuel 12:10). El desastre surgió de su propia familia. Uno de sus hijos deshonró a su propia hermana, luego su hermano acecinó al hermano que violó a su hermana, mas tarde este se sublevó contra su propio padre David, e intentó arrebatarle el trono, en esa insurrección perdió la vida. En otras palabras de ese momento en adelante la vida de David fue cualquier cosa, menos placentera.
Conclusión
Esta historia está registrada en la Biblia para que nos sirva de advertencia que la desobediencia al Señor no es algo para morirse de risa, tiene serias y graves consecuencias que hay que meditar.